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domingo, 9 de mayo de 2010

Entrada 8- PRESENTACIÓN DE LA INFORMACIÓN EFECTIVAMENTE




ALCOHOLISMO: Testimonio de un adicto al alcohol. youtube.com [video en línea] http://www.youtube.com/watch?v=EwaypbVAlnM (Descargado el 9 de mayo de 2010)

LA LUCHA CONTRA EL ALCOHOLISMO


Para establecer un abordaje hacia este campo es necesario el dividir las acciones en dos grupos de acción básicos: la prevención y la labor asistencial.

- ACCIONES EN LA PREVENCIÓN

Las estrategias en prevención pretenden reducir el consumo per cápita por alcohol, mediante dos aspectos básicos: Limitar las disponibilidades de alcohol, es decir, dificultar la accesibilidad de los ciudadanos a las bebidas alcohólicas y reducir la demanda de alcohol. La primera requiere la puesta en marcha de medidas legislativas y la segunda, el establecimiento de actividades de información y educación sanitaria en hábitos positivos en relación con el consumo de alcohol. Ambos enfoques son complementarios y requieren de una voluntad política real de afrontar el problema por parte de las entidades gubernamentales pertinentes.

MEDIDAS LEGISLATIVAS:

Las medidas más efectivas son las dirigidas a limitar la accesibilidad económica y física de la población al alcohol. Otras medidas como la restricción legal al consumo, las limitaciones a la publicidad, no han sido lo suficientemente evaluadas para conocer su efectividad en la población. En cuanto a la limitación de la accesibilidad económica, podemos decir que el control de los precios del alcohol a través del incremento de los impuestos es una medida efectiva en la reducción del consumo per cápita de alcohol; por el contrario, la tributación diferencial no parece haber dado resultados positivos, ya que si los impuestos aumentan a las bebidas conforme el grado de alcohol, los consumidores cambiarán de bebida pero seguirán consumiendo la misma cantidad de alcohol puro que antes. La limitación de la accesibilidad física, fue importante durante la prohibición en los Estados Unidos, pero en medidas restrictivas menos severas, como en días u horas de venta de bebidas alcohólicas no ha reportado ventajas, sino que cambia los patrones de consumo. En países que prohiben a los menores comprar o consumir alcohol, se tienen buenos resultados en la prevención de accidentes de tránsito, ya que entre más baja es la edad, mayores son los niveles de consumo y mucho más elevadas las tasas de incidencia de problemas relacionados. Un ejemplo de esto es lo sucedido en Canadá en 1971, cuando la edad de consumo se rebajó de los 21 a los 18 años y como consecuencia de ello, se produjo un incremento en los accidentes de tráfico en adolescentes. Otras medidas legales importantes son la restricción de la venta a personas en estado de embriaguez, a las que reciben asistencia pública o padecen retraso mental, las dependientes de alcohol, las sometidas a tratamiento antialcohólico y las sentenciadas más de una vez en los 12 meses anteriores por embriaguez o conducir en estado de embriaguez.

En cuanto a la publicidad, existen suficientes evidencias en que una reducción en la inversión publicitaria del 1%, reduciría el consumo de alcohol alrededor del 0.22%, es necesario limitar (no prohibir) la divulgación en televisión y radio durante horas de audiencia predominantemente infantil de mensajes publicitarios, no se deben utilizar modelos jóvenes ni famosos para estas campañas y se debe restringir la publicidad de las bebidas de elevada graduación.

INFORMACIÓN EN EDUCACIÓN SANITARIA:

Para que se produzca una reducción en la demanda, es necesario aminorar el interés, el deseo o la confianza en las bebidas alcohólicas entre los individuos, grupos y colectividades, ello puede lograrse con una adecuada información y educación sanitaria. La demanda proviene de la satisfacción generada con el placer físico, la influencia en las relaciones interpersonales y la vida de grupo y las prácticas alimentarias, tradicionales, culturales y religiosas de la región.

Para reducir la demanda es necesario una doble estrategia, informar, sensibilizar y concienciar a la población, sobre la naturaleza del alcohol como la droga institucionalizada con sus consecuencias sanitarias y sociales y por otro lado, modificar las actitudes y hábitos en relación con el alcohol, mediante intervenciones educativas individuales y grupales en la escuela, centros de asistencia primaria, consultas médicas y grupos organizados de la comunidad, realizados por los maestros, médicos y demás personal de salud comunitaria. La primera estrategia solamente pretende despertar el interés de la población por el problema, ya que es una población sensibilizada previamente, en donde se puede lograr un cambio de hábito.

Un programa informativo debe elegir el mensaje correcto para que no se preste a malas interpretaciones, ya que es probable que si se focaliza el consumo moderado de alcohol (menos de 40g de alcohol/día en hombres y 20 g/día en mujeres), los abstemios interpreten estas cantidades como óptimas y se lancen a beber, sin olvidar los efectos sobre las embarazadas o quienes consumen vehículos, por todo esto, es mejor un mensaje que no transmita cantidades de consumo y sustituirlo por información sobre los peligros del alcohol para la salud y sobre el costo social para la comunidad, en este caso, la moderación del consumo no es explícita, pero está contenida de forma implícita en el mensaje.

En la educación sanitaria, el principal problema es la cobertura y el interés por parte de los agentes comunicadores y educadores sanitarios; en la escuela es de importancia la influencia positiva de los compañeros de mayor edad sobre los menores, es fundamental el papel del médico en la educación de las mujeres en edad fértil que consumen alcohol, para prevenir efectos en el feto y si no es posible evitar el consumo, sugerir la contracepción. Se deben utilizar medios de comunicación que lleguen hacia grupos de alto riesgo; también debe motivarse a los niños en las escuelas para que no se inicien en el hábito y a los adultos para que lo abandonen. Otro punto de interés es que el consumo y el abuso de alcohol están relacionado con una limitación del acceso al trabajo y a actividades recreativas, por tanto son necesarias políticas que promuevan la posibilidad de empleo y de recreo y en general, disminuyan las insatisfacciones, privaciones y desesperanzas, que pueden conducir al consumo de alcohol.

- ASPECTOS ASISTENCIALES:

En el tratamiento de la enfermedad alcohólica es fundamental un diagnóstico y manejo precoz, para evitar el paso a la cronicidad y a la aparición de secuelas e invalidez. Para el diagnóstico precoz, se requiere mucha habilidad del médico, ya que frecuentemente los pacientes acuden a él para pelear las consecuencias sanitarias del alcoholismo y nunca van a admitir el consumo de bebidas alcohólicas como un problema. Es de ayuda los siguientes signos y síntomas para el diagnóstico precoz: Pérdida progresiva de memoria de hechos recientes, cambios bruscos de humor, celos inmotivados, desinterés por temas familiares importantes, problemas laborales, episodios de agresividad y violencia, insomnio, calambres musculares bilaterales en la región gemelar de las extremidades inferiores, pérdida de apetito y peso, diarreas esporádicas, nauseas y vómitos matutinos, ruberfacción facial, tumefacción de las parótidas, masas gemelares dolorosas o atróficas, conjuntivitis, hepatomegalia, temblores en especial de los miembros superiores, etc. La determinación del volumen corpuscular medio y de la gamma glutamil transferasa confirman el diagnóstico, se debe motivar al paciente hacia su participación activa en el tratamiento; posteriormente sigue la etapa de desintoxicación, en la cual debe suprimirse el alcohol abruptamente y tratar el síndrome de abstinencia con fármacos sedantes (clormetiazol y tetrabramato). De forma paralela se deben tratar las complicaciones somáticas y psíquicas que presenta el paciente; la última etapa es la deshabituación, esta es la etapa más difícil, ya que al eliminar el hábito es más complejo que eliminar el tóxico. Para esto se requiere un equipo multidisciplinario y el uso de técnicas psicosociales y farmacológicas de soporte, además de grupos de discusión libres y abiertos con la presencia de un moderador no directo, la parte más importante de esta última etapa es la rehabilitación y reinserción social que requiere colaboración, tanto del enfermo, como de su familia; en general, esta última etapa debe durar en promedio 24 meses con sesiones cada una o dos veces por semana.

UNIVERSIDAD DE LA SABANA: Plan de prevensión del alcoholismo (publicado en septiembre del 2008)[en línea] http://polaris.unisabana.edu.co/prevencion/adicciones/alcohol/alcohol_6.html (Citado el 9 de mayo de 2010)

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